«Id pues a proclamar por todo el mundo, a todas las naciones y razas, este evangelio de la paternidad de Dios
y de la fraternidad de los hombres, y sed siempre sabios en la elección de vuestros métodos para presentar la buena
nueva a las diferentes razas y tribus de la humanidad. Habéis recibido gratuitamente este evangelio del reino, y
aportaréis gratuitamente la buena nueva a todas las naciones. No temáis la resistencia del mal porque siempre estoy
con vosotros, incluso hasta el fin de los tiempos. Mi paz os dejo.»