Cuando Jesús hubo establecido así la cena del recuerdo, dijo a sus apóstoles: «Cada vez que hagáis esto,
hacedlo en memoria mía. Y cuando os acordéis de mí, reflexionad primero sobre mi vida en la carne, recordad que
en otro tiempo estuve con vosotros, y luego discernid por la fe que todos cenaréis conmigo algún día en el reino
eterno del Padre.»